martes, 25 de marzo de 2014
BREVE HISTORIA DE LA POESÍA
HISPANOAMERICANA
Comienza el
siglo XVI y los conquistadores españoles, europeos, fundan nuevas ciudades, de
nuevo corte. Los pueblos indígenas pierden sus imperios y autonomía política.
La alta cultura de aztecas, mayas e incas se pierde, pero no el sustrato
cultural del pueblo. Se produjo pronto un mestizaje entre europeos y
americanos. El conquistador se casa con la india. También en sus culturas se
produce la mezcla. El resultado no fue ni español ni indígena, sino su
síntesis. A esta mezcla se une pronto la llegada de la cultura africana de
manos de los esclavos que llegan como mano de obra. Los resultados, obviamente,
son diferentes según las regiones. Así pues, en lugares como Santo Domingo o Cuba,
el patrimonio indígena es inexistente, predominando el español y el africano.
Por contra, en México y Perú, lugar de aztecas y de incas respectivamente, el
indigenismo en el arte es muy fuerte.
España se
preocupó de "civilizar" el Nuevo Mundo, especialmente en lo
religioso.
Los poetas
del Nuevo Mundo, muchos de ellos nacidos en España, se debaten entre la culta
poesía europea y los vivos colores de la cultura popular americana. Perduran,
por otro lado, las formas populares vinculadas a las zonas rurales. Por tanto,
el mestizaje también está presente en la poesía. Pero la poesía de corte
europeo pronto se retrasará respecto a la metrópoli. El barroco, por ejemplo,
predominará hasta el siglo XVIII.
La sociedad
de esta época pronto "retrocede" respecto a la metrópolis, España, en
lo social. El espíritu contrarreformista avala la fuerte jerarquización social.
Los puestos más importantes son ocupados por españoles, para protesta de los
criollos (de sangre española pero nacidos ya en América). La esclavitud de
indígenas y africanos sirve de mano de obra para las minas y el campo.
Por otro
lado, los españoles se preocuparon de "civilizar" el Nuevo Mundo,
especialmente en lo religioso. Entre el numeroso clero, gran parte de él
verdaderos amos feudales, sobresalían las órdenes que desde muy pronto fundaron
las primeras escuelas primarias del continente. La Iglesia fue también
defensora de los derechos de muchos indígenas y propiciadores de su
alfabetización.
Características
generales
El primer
rasgo de la poesía resultante tras la conquista española es la de una total
dependencia literaria. América imita las modas que le llegan de la metrópoli,
aun con cierto retraso, incluso después de la independencia. No sería hasta el
Modernismo cuando Hispanoamérica toma la delantera y una personalidad literaria
original.
Tal es así,
que no se puede hablar de "poesía americana" en los siglos XVI, XVII
y XVIII como un estilo aparte. Los escritores de la época no tenían,
manifiestamente, una conciencia de lo americano. A ello contribuye el
clasicismo italianizante del Renacimiento. Los poemas se refieren a espacios
bucólicos y perfectos, o a la imitación de poetas latinos. Existen, bajo esta
moda, numerosísimos poetas que cultivan una poesía artificiosa. Frente a la
poesía latinizante existe la corriente tradicional de romances, letrillas y
canciones. Ambas corrientes son coetáneas e, incluso, presentes en un mismo
autor.
Sin embargo,
esta dependencia y "europeísmo" de la poesía no está libre de rasgos
especiales. El principal de ellos es la convivencia de varias corrientes e
incluso su yuxtaposición. Por otro lado, existe un anacrónico retraso frente a
España. Los gustos renacentistas llegan al XVII y el barroco al siglo XVIII.
Poesía
Renacentista y popular del XVI
No se debe
entenderse por "renacentista", en este caso, un renacimiento
ortodoxo, sino el resultado colonial heredero de este periodo cultural europeo.
En el siglo XVI predominó la épica y la crónica de las grandes hazañas
conquistadoras. Así pues, la mejor etapa para la lírica fue el siglo XVII. En
el siglo XVI pronto se distingue la poesía popular de romances y canciones que
llegan de boca de los soldados, de la poesía de corte académico, latinizante y
artificioso.
Los romances
y coplas eran amorosos, religiosos, profanos, satíricos, eruditos... Tal vez
los satíricos sean los más abundantes con poetas como Mateo Rosas de Oquendo y
Juan del Valle Caviedes. Fueron los romances los primeros poemas escritos en
castellano ya en América. Su influencia se extiende a la poesía gauchesca.
Además de romances, se cultivaron glosas, coplas y décimas. Otra figura que que
intercala piezas populares es Hernán González de Eslava.
Coetánea fue
la predominante poesía petrarquista y horaciana, la llamada corriente culta.
Esta tradición literaria se propició con la llegada de letrados españoles como
Gutierre de Cetina. De la corriente petrarquista de Boscán y Garcilaso, se
establecen en suelo americano Enrique Garcés, Luis de Belmonte Bermúdez o Juan
Bautista Cervera. De la corriente latinizante, fue pieza clave traducciones como
la llevada a cabo en Perú de Ovidio por parte de Mexía. La introducción del
humanismo y neoplatonismo en Perú es obra de, oriundo de Écija, Diego Dávalos y
Figueroa. Prende en Perú esta corriente que pronto trata temas autóctonos como
leyendas indígenas y la dignificación del pasado precolombino. Así, destacan en
Perú, americanos o peninsulares, el Inca Garcilaso de Vega, Juan de Miramonte y
Zuazola, Diego de Mexía de Fernangil y Miguel Cabello de Balboa. En la actual
México, en el virreinato de Nueva España, se establecen, además de Cetina, Juan
de la Cueva y Eugenio de Salazar y Alarcón. Nacido en suelo americano ya, el
gran poeta de Nueva España es Francisco de Terrazas, al gusto garcilasiano. El
introducctor del manierismo fue de esta región, Bernardo de Balbuena.
Sor Juana
Inés de Cruz
La poesía
épica, también culta, canta la heroica conquista. Muchos épicos participaron en
las batallas. La obra cumbre es La Araucana del español Alonso de Ercilla. Aun
narrada desde la visión española, Ercilla canta las excelencias de los
araucanos, habitantes de Chile. Por tanto, si el poeta es español, se puede
decir que La Araucana es plenamente americana. A la corriente épica pertenecen
Juan de Castellanos, Pedro de Oña y Martín del Barco Centenera.
La poesía
culta la completan poetisas como Leonor de Ovando, Francisca de Bibriesca o
Elvira de Mendoza. La poesía mística de el siglo XVI se encuentra en la obra de
Fernando de Córdoba Bocanegra. Entre popular y culta, la sátira es carnavelesca
y muy crítica. Generalmete estas composicones eran anónimas.
El
manierismo entre el siglo XVI y XVII
Al igual que
el renacistismo, el manierismo americano es una catalogación aproximativa.
Efectivamente las formas se complican en conceptos e imágenes, anticipando el
Barroco. Por ejemplo, de línea manierista se puede llamar a la poesía épica del
cubano Silvestre de Balboa. Continuando la línea religiosa, se destaca el
sevillano-peruano Diego de Hojeda además de los citados Bernardo de Balbuena y
Pedro de Oña.
Las obras
manieristas por excelencia se deben a dos poetisas. Sus identidades no han sido
aún confirmadas. Se conocen sus pseudónimos. Son las poetisas Amarilis y
Clarinda.
Barroco en
el siglo XVII y XVIII
Si el
barroco se identifica perfectamente con España y su religiosidad, también
arraigó fuertemente en la "barroca" América. El espíritu arrebatado y
de contrastes del barroco casa perfectamente con lo iberoamericano. Tal vez el
barroco americano vaya aún más allá, exagerando la desmesura española,
especialmente en México. La poesía tiende a ser conceptista y compleja, muy
ingeniosa e incluso artificial. Esta poesía difícil es contrarreformista y
elitista, y propia de las "justas poéticas" y entornos
universitarios. Destacan Carlos Sigüenza y Góngora, Jacinto de Evia, Antonio
Bastidas y Domínguez Camargo.
La gran
figura a imitar fue Luis de Góngora. Es lo que se ha dado a conocer como
"gongorismo". Cabe citar a Luis de Tejada y Carvajal Robles. El ya
citado Domínguez Camargo, colombiano, es el máximo exponente del
"gongorismo".
Frente a
este barroco "sumiso" a la poesía española surge la literatura que
reivindica lo criollo como algo independiente de lo español. De lenguaje
barroco pero crítico son Juan de Espinosa Medrano, el ya nombrado Carlos
Sigüenza y Góngora, Juan del Valle Caviedes, poeta satírico, y la gran figura
de Sor Juana Inés de la Cruz.
http://loseternospoetas.blogspot.com/p/breve-historia-de-la-poesia-novohispana.html
lunes, 24 de marzo de 2014
Dos poemas, Cortesía de Ciro Mendía
LAS DOS
AVENIDAS
.
Por la avenida del olvido, lento
iba mi corazón convaleciente,
iba medio feliz, medio sonriente,
casi sin un dolor, casi contento.
.
Ya no tenía nubes en la frente
y estaba más sumiso el
pensamiento,
y en ese fino y cálido momento
nada oscuro guardaba ya en la
mente.
.
Yo miraba las aves y las hojas,
la tarde ardía de pinturas rojas,
cuando te ví de nuevo y no me
viste.
.
Yo dejé del olvido la avenida
y tomé del amor, la conocida,
y por la del olvido tú seguiste.
.
SOLEDADES
.
Pesa el
ambiente y un doliente peso
hace
llorar la página del día;
se me
rompen la voz y la alegría
en esta
soledad de carne y hueso.
.
Se me
clava la ausencia de tu beso
y hace
sangre mi luz. Yo te diría
que ya mi
corazón perdió la vía,
porque el
tuyo ha olvidado su regreso.
.
A esta
casa sin miel y sin objeto,
hasta la
lumbre le faltó al respeto
y el
viento y el amor la han golpeado.
.
Es una
isla conmovida, en donde
se oye de
noche, pávido, y se esconde,
el grito
de un fantasma enamorado.
————————
Así es el azar, esta locura de universo en el
que estamos parados, depronto vas en el metro, mirando con cuidado al suelo por
si depronto se cae y se pierde algún pedazo de corazón roto, y te encuentras
con dos poemas que afilan su puñal en la herida, suena masoquista, pero es bello
saber que alguien, hace mucho tiempo vivió y pudo transmitir de manera perfecta
eso que sientes. Gracias por eso, Ciro.
JOSE ASUNCION SILVA
AL OÍDO DEL LECTOR
No fue pasión aquello,
fue una ternura vaga
lo que inspiran los niños enfermizos,
los tiempos idos y las noches pálidas.
El espíritu solo
al conmoverse canta:
cuando el amor lo agita poderoso
tiembla, medita, se recoge y calla.
Pasión hubiera sido
en verdad; estas páginas
en otro tiempo más feliz escritas
no tuvieran estrofas sino lágrimas.
JUNTOS LOS DOS
Juntos los dos reímos cierto día...
¡Ay, y reímos tanto
que toda aquella risa bulliciosa
se tornó pronto en llanto!
Después, juntos los dos, alguna noche,
reímos mucho, tanto,
que quedó como huella de las lágrimas
un misterioso encanto!
Nacen hondos suspiros, de la orgía
entre las copas cálidas
y en el agua salobre de los mares,
se forjan perlas pálidas!
No fue pasión aquello,
fue una ternura vaga
lo que inspiran los niños enfermizos,
los tiempos idos y las noches pálidas.
El espíritu solo
al conmoverse canta:
cuando el amor lo agita poderoso
tiembla, medita, se recoge y calla.
Pasión hubiera sido
en verdad; estas páginas
en otro tiempo más feliz escritas
no tuvieran estrofas sino lágrimas.
JUNTOS LOS DOS
Juntos los dos reímos cierto día...
¡Ay, y reímos tanto
que toda aquella risa bulliciosa
se tornó pronto en llanto!
Después, juntos los dos, alguna noche,
reímos mucho, tanto,
que quedó como huella de las lágrimas
un misterioso encanto!
Nacen hondos suspiros, de la orgía
entre las copas cálidas
y en el agua salobre de los mares,
se forjan perlas pálidas!
VEJECES
Las cosas viejas, tristes, desteñidas,
sin voz y sin color, saben secretos
de las épocas muertas, de las vidas
que ya nadie conserva en la memoria,
y a veces a los hombres, cuando inquietos
las miran y las palpan, con extrañas
voces de agonizante dicen, paso,
casi al oído, alguna rara historia
que tiene oscuridad de telarañas,
són de laúd, y suavidad de raso.
¡Colores de anticuada miniatura,
hoy, de algún mueble en el cajón, dormida;
cincelado puñal; carta borrosa,
tabla en que se deshace la pintura
por el tiempo y el polvo ennegrecida;
histórico blasón, donde se pierde
la divisa latina, presuntuosa,
medio borrada por el liquen verde;
misales de las viejas sacristías;
de otros siglos fantásticos espejos
que en el azogue de las lunas frías
guardáis de lo pasado los reflejos;
arca, en un tiempo de ducados llena,
crucifijo que tanto moribundo,
humedeció con lágrimas de pena
y besó con amor grave y profundo;
negro sillón de Córdoba; alacena
que guardaba un tesoro peregrino
y donde anida la polilla sola;
sortija que adornaste el dedo fino
de algún hidalgo de espadín y gola;
mayúsculas del viejo pergamino;
batista tenue que a vainilla hueles;
seda que te deshaces en la trama
confusa de los ricos brocateles;
arpa olvidada que al sonar, te quejas;
barrotes que formáis un monograma
incomprensible en las antiguas rejas,
el vulgo os huye, el soñador os ama
y en vuestra muda sociedad reclama
las confidencias de las cosas viejas!
El pasado perfuma los ensueños
con esencias fantásticas y añejas
y nos lleva a lugares halagüeños
en épocas distantes y mejores,
por eso a los poetas soñadores,
les son dulces, gratísimas y caras,
las crónicas, historias y consejas,
las formas, los estilos, los colores
las sugestiones místicas y raras
y los perfumes de las cosas viejas!
Las cosas viejas, tristes, desteñidas,
sin voz y sin color, saben secretos
de las épocas muertas, de las vidas
que ya nadie conserva en la memoria,
y a veces a los hombres, cuando inquietos
las miran y las palpan, con extrañas
voces de agonizante dicen, paso,
casi al oído, alguna rara historia
que tiene oscuridad de telarañas,
són de laúd, y suavidad de raso.
¡Colores de anticuada miniatura,
hoy, de algún mueble en el cajón, dormida;
cincelado puñal; carta borrosa,
tabla en que se deshace la pintura
por el tiempo y el polvo ennegrecida;
histórico blasón, donde se pierde
la divisa latina, presuntuosa,
medio borrada por el liquen verde;
misales de las viejas sacristías;
de otros siglos fantásticos espejos
que en el azogue de las lunas frías
guardáis de lo pasado los reflejos;
arca, en un tiempo de ducados llena,
crucifijo que tanto moribundo,
humedeció con lágrimas de pena
y besó con amor grave y profundo;
negro sillón de Córdoba; alacena
que guardaba un tesoro peregrino
y donde anida la polilla sola;
sortija que adornaste el dedo fino
de algún hidalgo de espadín y gola;
mayúsculas del viejo pergamino;
batista tenue que a vainilla hueles;
seda que te deshaces en la trama
confusa de los ricos brocateles;
arpa olvidada que al sonar, te quejas;
barrotes que formáis un monograma
incomprensible en las antiguas rejas,
el vulgo os huye, el soñador os ama
y en vuestra muda sociedad reclama
las confidencias de las cosas viejas!
El pasado perfuma los ensueños
con esencias fantásticas y añejas
y nos lleva a lugares halagüeños
en épocas distantes y mejores,
por eso a los poetas soñadores,
les son dulces, gratísimas y caras,
las crónicas, historias y consejas,
las formas, los estilos, los colores
las sugestiones místicas y raras
y los perfumes de las cosas viejas!
?...
Estrellas que entre lo sombrío,
de lo ignorado y de lo inmenso,
asemejáis en el vacío,
jirones pálidos de incienso,
nebulosas que ardéis tan lejos
en el infinito que aterra
que sólo alcanzan los reflejos
de vuestra luz hasta la tierra,
astros que en abismos ignotos
derramáis resplandores vagos,
constelaciones que en remotos
tiempos adoraron los Magos,
millones de mundos lejanos,
flores de fantástico broche,
islas claras en los oceanos,
sin fin, ni fondo de la noche,
estrellas, luces pensativas!
estrellas, pupilas inciertas!
¿Por qué os calláis si estáis vivas
y por que alumbráis si estáis muertas?...
Estrellas que entre lo sombrío,
de lo ignorado y de lo inmenso,
asemejáis en el vacío,
jirones pálidos de incienso,
nebulosas que ardéis tan lejos
en el infinito que aterra
que sólo alcanzan los reflejos
de vuestra luz hasta la tierra,
astros que en abismos ignotos
derramáis resplandores vagos,
constelaciones que en remotos
tiempos adoraron los Magos,
millones de mundos lejanos,
flores de fantástico broche,
islas claras en los oceanos,
sin fin, ni fondo de la noche,
estrellas, luces pensativas!
estrellas, pupilas inciertas!
¿Por qué os calláis si estáis vivas
y por que alumbráis si estáis muertas?...
LAS VOCES SILENCIOSAS
¡Oh voces silenciosas de los muertos!
Cuando la hora muda
y vestida de fúnebres crespones,
desfilar haga ante mis turbios ojos
sus fantasmas inciertos,
sus pálidas visiones...
¡Oh voces silenciosas de los muertos!
En la hora que aterra
no me llaméis hacia el pasado oscuro,
donde el camino de la vida cruza
los valles de la tierra.
¡Oh voces silenciosas de los muertos!
Llamadme hacia la altura
donde el camino de los astros corta
la gélida negrura;
hacia la playa donde el alma arriba,
llamadme entonces, voces silenciosas,
¡hacia arriba!... ¡hacia arriba!...
¡Oh voces silenciosas de los muertos!
Cuando la hora muda
y vestida de fúnebres crespones,
desfilar haga ante mis turbios ojos
sus fantasmas inciertos,
sus pálidas visiones...
¡Oh voces silenciosas de los muertos!
En la hora que aterra
no me llaméis hacia el pasado oscuro,
donde el camino de la vida cruza
los valles de la tierra.
¡Oh voces silenciosas de los muertos!
Llamadme hacia la altura
donde el camino de los astros corta
la gélida negrura;
hacia la playa donde el alma arriba,
llamadme entonces, voces silenciosas,
¡hacia arriba!... ¡hacia arriba!...
ENFERMEDADES DE LA
NIÑEZ
A una boca vendida,
a una infame boca,
cuando sintió el impulso que en la vida
a locuras supremas nos provoca,
dio el primer beso, hambriento de ternura
en los labios sin fuerza, sin frescura.
No fue como Romeo
al besar a Julieta;
el cuerpo que estrechó cuando el deseo
ardiente aguijoneó su carne inquieta,
fue el cuerpo vil de vieja cortesana,
Juana incansable de la tropa humana.
Y el éxtasis divino
que soñó con delicia
lo dejó melancólico y mohíno
al terminar la lúbrica caricia.
Del amor no sintió la intensa magia
y consiguió... una buena blenorragia.
A una boca vendida,
a una infame boca,
cuando sintió el impulso que en la vida
a locuras supremas nos provoca,
dio el primer beso, hambriento de ternura
en los labios sin fuerza, sin frescura.
No fue como Romeo
al besar a Julieta;
el cuerpo que estrechó cuando el deseo
ardiente aguijoneó su carne inquieta,
fue el cuerpo vil de vieja cortesana,
Juana incansable de la tropa humana.
Y el éxtasis divino
que soñó con delicia
lo dejó melancólico y mohíno
al terminar la lúbrica caricia.
Del amor no sintió la intensa magia
y consiguió... una buena blenorragia.
CRISÁLIDAS
Cuando enferma la niña todavía
salió cierta mañana
y recorrió, con inseguro paso
la vecina montaña,
trajo, entre un ramo de silvestres flores
oculta una crisálida,
que en su aposento colocó, muy cerca
de la camita blanca...
.................................................................
Unos días después, en el momento
en que ella expiraba,
y todos la veían, con los ojos
nublados por las lágrimas,
en el instante en que murió, sentimos
leve rumor de älas
y vimos escapar, tender al vuelo
por la antigua ventana
que da sobre el jardín, una pequeña
mariposa dorada...
.................................................................
La prisión, ya vacía, del insecto
busqué con vista rápida;
al verla vi de la difunta niña
la frente mustia y pálida,
y pensé ¿si al dejar su cárcel triste
la mariposa alada,
la luz encuentra y el espacio inmenso,
y las campestres auras,
al dejar la prisión que las encierra
qué encontrarán las almas?
Cuando enferma la niña todavía
salió cierta mañana
y recorrió, con inseguro paso
la vecina montaña,
trajo, entre un ramo de silvestres flores
oculta una crisálida,
que en su aposento colocó, muy cerca
de la camita blanca...
.................................................................
Unos días después, en el momento
en que ella expiraba,
y todos la veían, con los ojos
nublados por las lágrimas,
en el instante en que murió, sentimos
leve rumor de älas
y vimos escapar, tender al vuelo
por la antigua ventana
que da sobre el jardín, una pequeña
mariposa dorada...
.................................................................
La prisión, ya vacía, del insecto
busqué con vista rápida;
al verla vi de la difunta niña
la frente mustia y pálida,
y pensé ¿si al dejar su cárcel triste
la mariposa alada,
la luz encuentra y el espacio inmenso,
y las campestres auras,
al dejar la prisión que las encierra
qué encontrarán las almas?
CREPÚSCULO
Junto a la cuna aún no está encendida
la lámpara tibia, que alegra y reposa,
y se filtra opaca, por entre cortinas
de la tarde triste la luz azulosa.
Los niños cansados suspenden los juegos,
de la calle vienen extraños ruïdos,
en estos momentos, en todos los cuartos,
se van despertando los duendes dormidos.
La sombra que sube por los cortinajes,
para los hermosos oyentes pueriles,
se puebla y se llena con los personajes
de los tenebrosos cuentos infantiles.
Flota en ella el pobre Rin Rin Renacuajo,
corre y huye el triste Ratoncito Pérez,
y la entenebrece la forma del trágico
Barba Azul, que mata sus siete mujeres.
En unas distancias enormes e ignotas,
que por los rincones oscuros suscita,
andan por los prados el Gato con Botas,
y el Lobo que marcha con Caperucita.
Y, ágil caballero, cruzando la selva,
do vibra el ladrido fúnebre de un gozque,
a escape tendido va el Príncipe Rubio
a ver a la Hermosa Durmiente del Bosque.
................................................................
Del infantil grupo se levanta leve
argentada y pura, una vocecilla,
que comienza: "Entonces se fueron al baile
y dejaron sola a la Cenicentilla!
Se quedó la pobre triste en la cocina,
de llanto de pena nublados los ojos,
mirando los juegos extraños que hacían
en las sombras negras los carbones rojos.
Pero vino el Hada que era su madrina,
le trajo un vestido de encaje y crespones,
le hizo un coche de oro de una calabaza,
convirtió en caballos unos seis ratones,
le dio un ramo enorme de magnolias
[húmedas,
unos zapaticos de vidrio, brillantes,
y de un solo golpe de la vara mágica
las cenizas grises convirtió en diamantes!"
................................................................
Con atento oído las niñas la escuchan,
las muñecas duermen, en la blanda alfombra
medio abandonadas, y en el aposento
la luz disminuye, se aumenta la sombra!
................................................................
¡Fantásticos cuentos de duendes y hadas,
llenos de paisajes y de sugestiones,
que abrís a lo lejos amplias perspectivas
a las infantiles imaginaciones!
Cuentos que nacisteis en ignotos tiempos
y que vais, volando, por entre lo oscuro,
desde los potentes Aryos primitivos,
hasta las enclenques razas del futuro.
Cuentos que repiten sencillas nodrizas
muy paso, a los niños, cuando no se duermen,
y que en sí atesoran del sueño poético
el íntimo encanto, la esencia y el germen.
Cuentos más durables que las convicciones
de graves filósofos y sabias escuelas,
y que rodeasteis con vuestras ficciones,
Las cunas doradas de las bisabuelas.
¡Fantásticos cuentos de duendes y hadas
que pobláis los sueños confusos del niño,
el tiempo os sepulta por siempre en el alma
y el hombre os evoca, con hondo cariño!
Junto a la cuna aún no está encendida
la lámpara tibia, que alegra y reposa,
y se filtra opaca, por entre cortinas
de la tarde triste la luz azulosa.
Los niños cansados suspenden los juegos,
de la calle vienen extraños ruïdos,
en estos momentos, en todos los cuartos,
se van despertando los duendes dormidos.
La sombra que sube por los cortinajes,
para los hermosos oyentes pueriles,
se puebla y se llena con los personajes
de los tenebrosos cuentos infantiles.
Flota en ella el pobre Rin Rin Renacuajo,
corre y huye el triste Ratoncito Pérez,
y la entenebrece la forma del trágico
Barba Azul, que mata sus siete mujeres.
En unas distancias enormes e ignotas,
que por los rincones oscuros suscita,
andan por los prados el Gato con Botas,
y el Lobo que marcha con Caperucita.
Y, ágil caballero, cruzando la selva,
do vibra el ladrido fúnebre de un gozque,
a escape tendido va el Príncipe Rubio
a ver a la Hermosa Durmiente del Bosque.
................................................................
Del infantil grupo se levanta leve
argentada y pura, una vocecilla,
que comienza: "Entonces se fueron al baile
y dejaron sola a la Cenicentilla!
Se quedó la pobre triste en la cocina,
de llanto de pena nublados los ojos,
mirando los juegos extraños que hacían
en las sombras negras los carbones rojos.
Pero vino el Hada que era su madrina,
le trajo un vestido de encaje y crespones,
le hizo un coche de oro de una calabaza,
convirtió en caballos unos seis ratones,
le dio un ramo enorme de magnolias
[húmedas,
unos zapaticos de vidrio, brillantes,
y de un solo golpe de la vara mágica
las cenizas grises convirtió en diamantes!"
................................................................
Con atento oído las niñas la escuchan,
las muñecas duermen, en la blanda alfombra
medio abandonadas, y en el aposento
la luz disminuye, se aumenta la sombra!
................................................................
¡Fantásticos cuentos de duendes y hadas,
llenos de paisajes y de sugestiones,
que abrís a lo lejos amplias perspectivas
a las infantiles imaginaciones!
Cuentos que nacisteis en ignotos tiempos
y que vais, volando, por entre lo oscuro,
desde los potentes Aryos primitivos,
hasta las enclenques razas del futuro.
Cuentos que repiten sencillas nodrizas
muy paso, a los niños, cuando no se duermen,
y que en sí atesoran del sueño poético
el íntimo encanto, la esencia y el germen.
Cuentos más durables que las convicciones
de graves filósofos y sabias escuelas,
y que rodeasteis con vuestras ficciones,
Las cunas doradas de las bisabuelas.
¡Fantásticos cuentos de duendes y hadas
que pobláis los sueños confusos del niño,
el tiempo os sepulta por siempre en el alma
y el hombre os evoca, con hondo cariño!
MUERTOS
En los húmedos bosques, en otoño,
al llegar de los fríos, cuando rojas,
vuelan sobre los musgos y las ramas
en torbellinos, las marchitas hojas,
la niebla al extenderse en el vacío
le da al paisaje mustio un tono incierto
y el follaje do huyó la savia ardiente
tiene un adiós para el verano muerto
y un color opaco y triste
como el recuerdo borroso
de lo que fue y ya no existe.
En los antiguos cuartos hay armarios
que en el rincón más íntimo y discreto,
de pasadas locuras y pasiones
guardan, con un aroma de secreto,
viejas cartas de amor, ya desteñidas
que obligan a evocar tiempos mejores,
y ramilletes negros y marchitos,
que son como cadáveres de flores
y tienen un olor triste
como el recuerdo borroso
de lo que fue y ya no existe.
Y en las almas amantes cuando piensan
en perdidos afectos y ternuras
que de la soledad de ignotos días
no vendrán a endulzar horas futuras,
hay el hondo cansancio que en la lucha,
acaba de matar a los heridos,
vago como el color del bosque mustio
como el olor de los perfumes idos,
y el cansancio aquél es triste
como el recuerdo borroso
de lo que fue y ya no existe!
En los húmedos bosques, en otoño,
al llegar de los fríos, cuando rojas,
vuelan sobre los musgos y las ramas
en torbellinos, las marchitas hojas,
la niebla al extenderse en el vacío
le da al paisaje mustio un tono incierto
y el follaje do huyó la savia ardiente
tiene un adiós para el verano muerto
y un color opaco y triste
como el recuerdo borroso
de lo que fue y ya no existe.
En los antiguos cuartos hay armarios
que en el rincón más íntimo y discreto,
de pasadas locuras y pasiones
guardan, con un aroma de secreto,
viejas cartas de amor, ya desteñidas
que obligan a evocar tiempos mejores,
y ramilletes negros y marchitos,
que son como cadáveres de flores
y tienen un olor triste
como el recuerdo borroso
de lo que fue y ya no existe.
Y en las almas amantes cuando piensan
en perdidos afectos y ternuras
que de la soledad de ignotos días
no vendrán a endulzar horas futuras,
hay el hondo cansancio que en la lucha,
acaba de matar a los heridos,
vago como el color del bosque mustio
como el olor de los perfumes idos,
y el cansancio aquél es triste
como el recuerdo borroso
de lo que fue y ya no existe!
IDILIO
-Ella lo idolatró y Él la adoraba...
-Se casaron al fin?
-No, señor, Ella se casó con otro
-¿Y murió de sufrir?
-No, señor, de un aborto.
-¿Y Él, el pobre, puso a su vida fin?
-No, señor, se casó seis meses antes
del matrimonio de Ella, y es feliz.
ESTRELLAS FIJAS
Cuando ya de la vida
el alma tenga, con el cuerpo, rota,
y duerma en el sepulcro
esa noche, más larga que las otras,
mis ojos, que en recuerdo
del infinito eterno de las cosas,
guardaron sólo, como de un ensueño,
la tibia luz de tus miradas hondas,
al ir descomponiéndose
entre la oscura fosa,
verán, en lo ignorado de la muerte,
tus ojos, ... destacándose en las sombras.
Cuando ya de la vida
el alma tenga, con el cuerpo, rota,
y duerma en el sepulcro
esa noche, más larga que las otras,
mis ojos, que en recuerdo
del infinito eterno de las cosas,
guardaron sólo, como de un ensueño,
la tibia luz de tus miradas hondas,
al ir descomponiéndose
entre la oscura fosa,
verán, en lo ignorado de la muerte,
tus ojos, ... destacándose en las sombras.
LA CALAVERA
En el derruído muro
de la huerta del convento,
en un agujero oscuro
donde, al pasar, silba el viento,
y, como una dolorida
queja a las piedras arranca,
hay, en el fondo, escondida
una calavera blanca.
De algún fraile soñador
de vida ejemplar y bella
y dedicada al Señor,
en el mundo única huella.
Abre los ojos, sin fondo,
como a visiones extrañas,
y del vacío en lo hondo
forjan telas las arañas.
Húmedo musgo grisoso
recubre la antigua grieta,
donde, en supremo reposo,
descansa ignorada y quieta.
Pero hasta aquella escondida
mansión la brisa ligera
lleva murmullos de vida
y olores de primavera.
Golondrinas, que en sus marchas
dejaron el patrio río,
huyendo de las escarchas,
de las brumas y del frío,
cuando la luz del Poniente
filtra por el hondo hueco
y hace parecer viviente
el cráneo rígido y seco,
desde las negras ruïnas,
alzan sosegado vuelo,
en sus vueltas peregrinas
tocan las ramas y el suelo,
como buscando en el prado,
ya por la tarde, sombrío,
el espíritu elevado
que habitó el cráneo vacío.
En el derruído muro
de la huerta del convento,
en un agujero oscuro
donde, al pasar, silba el viento,
y, como una dolorida
queja a las piedras arranca,
hay, en el fondo, escondida
una calavera blanca.
De algún fraile soñador
de vida ejemplar y bella
y dedicada al Señor,
en el mundo única huella.
Abre los ojos, sin fondo,
como a visiones extrañas,
y del vacío en lo hondo
forjan telas las arañas.
Húmedo musgo grisoso
recubre la antigua grieta,
donde, en supremo reposo,
descansa ignorada y quieta.
Pero hasta aquella escondida
mansión la brisa ligera
lleva murmullos de vida
y olores de primavera.
Golondrinas, que en sus marchas
dejaron el patrio río,
huyendo de las escarchas,
de las brumas y del frío,
cuando la luz del Poniente
filtra por el hondo hueco
y hace parecer viviente
el cráneo rígido y seco,
desde las negras ruïnas,
alzan sosegado vuelo,
en sus vueltas peregrinas
tocan las ramas y el suelo,
como buscando en el prado,
ya por la tarde, sombrío,
el espíritu elevado
que habitó el cráneo vacío.
A UN PESIMISTA
Hay demasiada sombra en tus visiones,
algo tiene de plácido la vida,
no todo en la existencia es una herida
donde brote la sangre a borbotones.
La lucha tiene sombra, y las pasiones
agonizantes, la ternura huída,
todo lo amado que al pasar se olvida
es fuente de angustiosas decepciones.
Pero, ¿por qué dudar, si aún ofrecen
en el remoto porvenir oscuro
calmas hondas y vívidos cariños
la ternura profunda, el beso puro
y manos de mujer, que amantes mecen
las cunas sonrosadas de los niños?
Hay demasiada sombra en tus visiones,
algo tiene de plácido la vida,
no todo en la existencia es una herida
donde brote la sangre a borbotones.
La lucha tiene sombra, y las pasiones
agonizantes, la ternura huída,
todo lo amado que al pasar se olvida
es fuente de angustiosas decepciones.
Pero, ¿por qué dudar, si aún ofrecen
en el remoto porvenir oscuro
calmas hondas y vívidos cariños
la ternura profunda, el beso puro
y manos de mujer, que amantes mecen
las cunas sonrosadas de los niños?
SINFONÍA COLOR DE FRESA CON LECHE
A los colibríes decadentes
Rítmica Reina lírica! Con venusinos
cantos de sol y rosa, de mirra y laca
y polícromos cromos de tonos mil
oye los constelados versos mirrinos,
escúchame esta historia Rubendariaca,
de la Princesa verde y el paje Abril,
Rubio y sutil.
El bizantino esmalte do irisa el rayo
las purpuradas gemas; que enflora Junio
si Helios recorre el cielo de azul edén,
es lilial albura que esboza Mayo
en una noche diáfana de plenilunio
cuando las crisodinas nieblas se ven
A tutiplén!
En las vívidas márgenes que espuma el Cauca
áureo pico, ala ebúrnea, currucuquea
de sedeñas verduras bajo el dosel
do las perladas ondas se esfuma glauca
¿es paloma, es estrella o azul idea?...
Labra el emblema heráldico de áureo broquel
Róseo rondel.
Vibran sagradas liras que ensueña Psiquis
son argentados cisnes hadas y gnomos
y edenales olores, lirio y jazmín
y vuelan entelechias y tiquismiquis
de corales, tritones, memos y momos
del horizonte lírico nieve y carmín
Hasta el confín.
Liliales manos vírgenes al son aplauden
y se englaucan los líquidos y cabrillean
con medievales himnos al abedul,
desde arriba Orión, Venus, que Secchis lauden
miran como pupilas que cintillean
por los abismos húmedos del negro tul
Del cielo azul.
Tras de las cordilleras sombras, la blanca
Selene, entre las nubes ópalo y tetras
surge como argentífero tulipán
y por entre lo negro que se espernanca
huyen los bizantinos de nuestras letras
hasta el Babel Bizancio, do llegarán
Con grande afán.
Rítmica Reina lírica! Con venusinos
cantos de sol y rosa, de mirra y laca
y polícromos cromos de tonos mil,
éstos son los caóticos versos mirrinos
ésta es la descendencia, Rubendariaca,
de la Princesa verde y el paje Abril,
Rubio y sutil!
Benjamín Bibelot Ramírez.
A los colibríes decadentes
Rítmica Reina lírica! Con venusinos
cantos de sol y rosa, de mirra y laca
y polícromos cromos de tonos mil
oye los constelados versos mirrinos,
escúchame esta historia Rubendariaca,
de la Princesa verde y el paje Abril,
Rubio y sutil.
El bizantino esmalte do irisa el rayo
las purpuradas gemas; que enflora Junio
si Helios recorre el cielo de azul edén,
es lilial albura que esboza Mayo
en una noche diáfana de plenilunio
cuando las crisodinas nieblas se ven
A tutiplén!
En las vívidas márgenes que espuma el Cauca
áureo pico, ala ebúrnea, currucuquea
de sedeñas verduras bajo el dosel
do las perladas ondas se esfuma glauca
¿es paloma, es estrella o azul idea?...
Labra el emblema heráldico de áureo broquel
Róseo rondel.
Vibran sagradas liras que ensueña Psiquis
son argentados cisnes hadas y gnomos
y edenales olores, lirio y jazmín
y vuelan entelechias y tiquismiquis
de corales, tritones, memos y momos
del horizonte lírico nieve y carmín
Hasta el confín.
Liliales manos vírgenes al son aplauden
y se englaucan los líquidos y cabrillean
con medievales himnos al abedul,
desde arriba Orión, Venus, que Secchis lauden
miran como pupilas que cintillean
por los abismos húmedos del negro tul
Del cielo azul.
Tras de las cordilleras sombras, la blanca
Selene, entre las nubes ópalo y tetras
surge como argentífero tulipán
y por entre lo negro que se espernanca
huyen los bizantinos de nuestras letras
hasta el Babel Bizancio, do llegarán
Con grande afán.
Rítmica Reina lírica! Con venusinos
cantos de sol y rosa, de mirra y laca
y polícromos cromos de tonos mil,
éstos son los caóticos versos mirrinos
ésta es la descendencia, Rubendariaca,
de la Princesa verde y el paje Abril,
Rubio y sutil!
Benjamín Bibelot Ramírez.
SUB-UMBRA
a A. de W.
Tú no lo sabes... mas yo he soñado
entre mis sueños color de armiño,
horas de dicha con tus amores
besos ardientes, quedos suspiros
cuando la tarde tiñe de öro
esos espacios que juntos vimos,
Cuando mi alma su vuelo emprende
a las regiones de lo infinito
aunque me olvides, aunque no me ames
aunque me odies, sueño contigo!
a A. de W.
Tú no lo sabes... mas yo he soñado
entre mis sueños color de armiño,
horas de dicha con tus amores
besos ardientes, quedos suspiros
cuando la tarde tiñe de öro
esos espacios que juntos vimos,
Cuando mi alma su vuelo emprende
a las regiones de lo infinito
aunque me olvides, aunque no me ames
aunque me odies, sueño contigo!
EDENIA
Melancólica y dulce cual la huella
que un sol poniente deja en el azul
cuando baña a lo lejos los espacios
con los últimos rayos de su luz
mientras tiende la noche por los cielos
de la penumbra el misterioso tul.
Süave como el canto que el poeta
en un suspiro involuntario da,
pura como las flores entreabiertas
de la selva en la agreste oscuridad
do detenido en las musgosas ramas
no filtra un rayo de la luz solar.
Mujer, toda mujer ardiente, casta
alumbrada con luz de lo ideal...
Radiante de virtud y de belleza
como mi alma la llegó a soñar,
¿en sus sueños de cándida ternura
así la encontrará?
LAS NOCHES DEL HOGAR
Amo las dichas del hogar sencillo
Apetezco su plácido cariño
Yo quiero que descanse en mis rodillas
La rubia cabecita de algún niño.
GUTIERREZ NÁJERA
Regresar fatigado del trabajo
de la diaria fäena
e ir a mirarse en lo hondo retratado
de sus pupilas negras
cerca del rico piano –mientras vaga
sobre las blancas teclas
su mano de marfil- soñar despierto
felicidad eterna.
A la luz de la lámpara brillante
ver las rubias cabezas
de los risueños niños- de infantiles
ilusiones llenos.
La mirada tender sobre la cuna
que cual flor entreabierta
entre sus hojas perfumadas guarda
una existencia nueva!
¡Oh cuadro del hogar! oh perspectiva
cariñosa y risueña,
cuando en el paso por el falso mundo
ancha herida sangrienta,
el desengaño abrió, cuando sentimos
caer mustias y secas
de la primera juventud las rosas,
qué mortal no desea
dejar en tu silencio venturoso
deslizar la existencia
y guardar lo divino y delicado
que el alma herida encierra
en tu seno feliz –como la concha
lejos de las tormentas
guarda en el fondo del movible océano
las nacaradas perlas!
Melancólica y dulce cual la huella
que un sol poniente deja en el azul
cuando baña a lo lejos los espacios
con los últimos rayos de su luz
mientras tiende la noche por los cielos
de la penumbra el misterioso tul.
Süave como el canto que el poeta
en un suspiro involuntario da,
pura como las flores entreabiertas
de la selva en la agreste oscuridad
do detenido en las musgosas ramas
no filtra un rayo de la luz solar.
Mujer, toda mujer ardiente, casta
alumbrada con luz de lo ideal...
Radiante de virtud y de belleza
como mi alma la llegó a soñar,
¿en sus sueños de cándida ternura
así la encontrará?
LAS NOCHES DEL HOGAR
Amo las dichas del hogar sencillo
Apetezco su plácido cariño
Yo quiero que descanse en mis rodillas
La rubia cabecita de algún niño.
GUTIERREZ NÁJERA
Regresar fatigado del trabajo
de la diaria fäena
e ir a mirarse en lo hondo retratado
de sus pupilas negras
cerca del rico piano –mientras vaga
sobre las blancas teclas
su mano de marfil- soñar despierto
felicidad eterna.
A la luz de la lámpara brillante
ver las rubias cabezas
de los risueños niños- de infantiles
ilusiones llenos.
La mirada tender sobre la cuna
que cual flor entreabierta
entre sus hojas perfumadas guarda
una existencia nueva!
¡Oh cuadro del hogar! oh perspectiva
cariñosa y risueña,
cuando en el paso por el falso mundo
ancha herida sangrienta,
el desengaño abrió, cuando sentimos
caer mustias y secas
de la primera juventud las rosas,
qué mortal no desea
dejar en tu silencio venturoso
deslizar la existencia
y guardar lo divino y delicado
que el alma herida encierra
en tu seno feliz –como la concha
lejos de las tormentas
guarda en el fondo del movible océano
las nacaradas perlas!
HUMO
(De Th. Gautier.)
Bajo los árboles viejos
cuya sombra el suelo baña
miro perdida a lo lejos
una pequeña cabaña.
Todo en quietud allí vese,
la ventana no está abierta
y el musgo grisoso crece
sobre el umbral de la puerta.
Cual tibio aliento aromado
que el frío condensa en nube
humo tenue y azulado
en espiral de ella sube.
Del alma que allí reposa
noticias a Dios le lleva
el humo que de la choza
en espirales se eleva.
(De Th. Gautier.)
Bajo los árboles viejos
cuya sombra el suelo baña
miro perdida a lo lejos
una pequeña cabaña.
Todo en quietud allí vese,
la ventana no está abierta
y el musgo grisoso crece
sobre el umbral de la puerta.
Cual tibio aliento aromado
que el frío condensa en nube
humo tenue y azulado
en espiral de ella sube.
Del alma que allí reposa
noticias a Dios le lleva
el humo que de la choza
en espirales se eleva.
NOTAS PERDIDAS
I
Es media noche. –Duerme el mundo ahora
bajo el ala de niebla del silencio
vagos rayos de luna
y el fulgor incierto
de lámpara velada
alumbran su aposento.
En las teclas del piano
vagan aún sus marfilinos dedos,
errante la mirada
dice algo que no alcanza el pensamiento.
¡Cómo perfuma el aire el blanco ramo
marchito en el florero,
cuán suave es el suspiro
que vaga entre sus labios entreabiertos!
................................................................
¡Adriana! ¡Adriana! de tan dulces horas
guardarán el secreto
tu estancia, el rayo de la luna, el vago
ruïdo de tus besos,
la noche silenciosa,
y en mi alma el recuerdo!...
II
Si en vosotras algún día
se fijan sus ojos bellos,
¡pobres estrofas! habladle
con rumor suäve y ledo
como notas de una música
que oímos ha mucho tiempo,
y que impregnada de aromas
torna en las alas del viento.
Alzada cual leve brisa
besad sus blondos cabellos
y penetrad en su alma
y en los espacios perdeos
como en la santa capilla
las espirales de incienso!...
Si en vosotras algún día
se fijan sus ojos bellos,
¡pobres estrofas! habladle
con rumor suäve y ledo
como notas de una música
que oímos ha mucho tiempo,
y que impregnada de aromas
torna en las alas del viento.
Alzada cual leve brisa
besad sus blondos cabellos
y penetrad en su alma
y en los espacios perdeos
como en la santa capilla
las espirales de incienso!...
III
Como recuerdo de su amor sincero,
recuerdo dulce y único
de aquel amor suave y melancólico
cual la luz del crepúsculo,
guardo en un cofrecito plateado
unas rosas de musgo
las contemplo en mis horas de alegría,
las beso cuando sufro,
¡aún guardan el perfume penetrante
de los cabellos suyos!
................................................................
Cuando bajo la tierra muda y fría
duerma, lejos del mundo,
cuando el ramaje de movible sauce
cobije mi sepulcro,
sobre la piedra que mis restos vele
poned el ramo mustio!
Como recuerdo de su amor sincero,
recuerdo dulce y único
de aquel amor suave y melancólico
cual la luz del crepúsculo,
guardo en un cofrecito plateado
unas rosas de musgo
las contemplo en mis horas de alegría,
las beso cuando sufro,
¡aún guardan el perfume penetrante
de los cabellos suyos!
................................................................
Cuando bajo la tierra muda y fría
duerma, lejos del mundo,
cuando el ramaje de movible sauce
cobije mi sepulcro,
sobre la piedra que mis restos vele
poned el ramo mustio!
IV
La noche en que al dulce beso
del amor, se abrió su alma
caminando lentamente
iba, en mi brazo apoyada.
No había luna. Las estrellas
vertían su luz escasa,
y sobre el cielo profundo
nuestros ojos contemplaban
como una bruma ligera,
la brillante vía láctea,
suspiró. Con voz muy queda
dime, le dije, ¡te cansas!
alzó la hermosa cabeza,
se iluminó su mirada
y murmuró. Mira dicen
que es grande, inmensa la vaga
bruma que brilla a lo lejos
como una niebla de plata,
que la forman otros mundos
que están a inmensa distancia,
que la luz solar invierte
siglos en atravesarla,
y si Dios quisiera un día
a ti y a mí darnos alas
esa distancia infinita
feliz, contigo cruzara!
Bajo la noble cabeza
desvió la viva mirada
y dijo paso –de nuevo
me preguntabas "te cansas"!
La noche en que al dulce beso
del amor, se abrió su alma
caminando lentamente
iba, en mi brazo apoyada.
No había luna. Las estrellas
vertían su luz escasa,
y sobre el cielo profundo
nuestros ojos contemplaban
como una bruma ligera,
la brillante vía láctea,
suspiró. Con voz muy queda
dime, le dije, ¡te cansas!
alzó la hermosa cabeza,
se iluminó su mirada
y murmuró. Mira dicen
que es grande, inmensa la vaga
bruma que brilla a lo lejos
como una niebla de plata,
que la forman otros mundos
que están a inmensa distancia,
que la luz solar invierte
siglos en atravesarla,
y si Dios quisiera un día
a ti y a mí darnos alas
esa distancia infinita
feliz, contigo cruzara!
Bajo la noble cabeza
desvió la viva mirada
y dijo paso –de nuevo
me preguntabas "te cansas"!
V
¡Pobre! junto del hombre aquel, su vida
fue como un rayo del estivo sol,
que se pierde en un caos de neblinas
sin forma ni color.
................................................................
Las veces en que, en horas de tristeza,
las sombras de otros tiempos evocó
y el recuerdo feliz y sonriente
de su primer amor,
las veces en que al beso de la pena
quizá lanzó un ¡ay! y murmuró
cabe la cuna del dormido niño
una dulce canción,
las veces en que en luchas interiores
del sentimiento el grito sofocó
como el [humilde] aroma de las rosas
lo sabe sólo Dios!
VI
Encontrarás poesía
dijo entonces, sonrïendo
en el recinto sagrado
de los cristianos templos,
en los lugares que nunca
humanos pies recorrieron,
en los bosques seculares
donde se oculta el silencio,
en los murmullos sonoros
de las ondas y del viento,
en la voz de los follajes
del amor en los recuerdos,
de las niñas de quince años
en los blancos aposentos,
en las tristezas profundas
como el Cristo
en las noches estrelladas,
...jamás en los malos versos!
VII
Como tú sobre la dura
roca nativa, parásita
también he visto en la vida
sobre las rocas más áridas
criaturas tristes y buenas
embellecer...
¡Pobre! junto del hombre aquel, su vida
fue como un rayo del estivo sol,
que se pierde en un caos de neblinas
sin forma ni color.
................................................................
Las veces en que, en horas de tristeza,
las sombras de otros tiempos evocó
y el recuerdo feliz y sonriente
de su primer amor,
las veces en que al beso de la pena
quizá lanzó un ¡ay! y murmuró
cabe la cuna del dormido niño
una dulce canción,
las veces en que en luchas interiores
del sentimiento el grito sofocó
como el [humilde] aroma de las rosas
lo sabe sólo Dios!
VI
Encontrarás poesía
dijo entonces, sonrïendo
en el recinto sagrado
de los cristianos templos,
en los lugares que nunca
humanos pies recorrieron,
en los bosques seculares
donde se oculta el silencio,
en los murmullos sonoros
de las ondas y del viento,
en la voz de los follajes
del amor en los recuerdos,
de las niñas de quince años
en los blancos aposentos,
en las tristezas profundas
como el Cristo
en las noches estrelladas,
...jamás en los malos versos!
VII
Como tú sobre la dura
roca nativa, parásita
también he visto en la vida
sobre las rocas más áridas
criaturas tristes y buenas
embellecer...
VIII
¡La visteis! dulce y serena
su faz retrata su calma
y aunque de visiones llena
aún está virgen su alma.
Tiene la piel suave y pura
cual las hojas de las lilas,
ensueños de honda ternura
rebosan en sus pupilas.
Pequeño y la forma arqueada
el pie nervioso y breve
y pálida y hoyuelada
la blanca mano de nieve.
La mirada traviesa
con lumbre vívida brilla
bajo de la blonda espesa
de la española mantilla.
Y al meditar en sus besos
perdiéndose en sus miradas
se sueñan locos excesos
de frescas carnes rosada[s].
Su alegre estancia risueña
medio-templo, medio-nido,
conversa al alma que sueña
con un lenguaje escondido.
Hacia sus grandes ventanas
que velan leves cortinas
tienden las oscuras ramas
las madreselvas vecinas.
De noche mis pensamientos
allí van –ruido importuno
en las alas de los vientos
con los rayos de la luna.
Y al penetrar, a la mesa
vuelan –do lee o delira-
o hacia el Cristo al cual le reza,
o al espejo do se mira.
Y cual una visión vana
que evaporándose crece
se salen por la ventana
cuando la aurora amanece!
¡La visteis! dulce y serena
su faz retrata su calma
y aunque de visiones llena
aún está virgen su alma.
Tiene la piel suave y pura
cual las hojas de las lilas,
ensueños de honda ternura
rebosan en sus pupilas.
Pequeño y la forma arqueada
el pie nervioso y breve
y pálida y hoyuelada
la blanca mano de nieve.
La mirada traviesa
con lumbre vívida brilla
bajo de la blonda espesa
de la española mantilla.
Y al meditar en sus besos
perdiéndose en sus miradas
se sueñan locos excesos
de frescas carnes rosada[s].
Su alegre estancia risueña
medio-templo, medio-nido,
conversa al alma que sueña
con un lenguaje escondido.
Hacia sus grandes ventanas
que velan leves cortinas
tienden las oscuras ramas
las madreselvas vecinas.
De noche mis pensamientos
allí van –ruido importuno
en las alas de los vientos
con los rayos de la luna.
Y al penetrar, a la mesa
vuelan –do lee o delira-
o hacia el Cristo al cual le reza,
o al espejo do se mira.
Y cual una visión vana
que evaporándose crece
se salen por la ventana
cuando la aurora amanece!
IX
Bajad a la pobre niña,
bajadla con mano trémula,
y con cuidadoso esmero
entre la fosa ponedla
y arrojad sobre su tumba
frías puñadas de tierra!
Aún sobre sus labios rojos
la sonrisa postrimera,
tan joven y tan hermosa
y descansa helada, yerta,
y está marchito el tesoro
de su dulce adolescencia!
Bajad a la pobre niña,
¡bajadla con mano trémula
y con cuidadoso esmero
entre la fosa ponedla
y arrojad sobre su tumba
frías puñadas de tierra!
Cavad ahora otra fosa,
cavadla con mano trémula,
de la sonrïente niña
del triste sepulcro cerca,
para que lejos del mundo
su sueño postrero duerman
mis recuerdos de cariño
y mis memorias más tiernas.
Bajadlos desde mi älma
Bajad a la pobre niña,
bajadla con mano trémula,
y con cuidadoso esmero
entre la fosa ponedla
y arrojad sobre su tumba
frías puñadas de tierra!
Aún sobre sus labios rojos
la sonrisa postrimera,
tan joven y tan hermosa
y descansa helada, yerta,
y está marchito el tesoro
de su dulce adolescencia!
Bajad a la pobre niña,
¡bajadla con mano trémula
y con cuidadoso esmero
entre la fosa ponedla
y arrojad sobre su tumba
frías puñadas de tierra!
Cavad ahora otra fosa,
cavadla con mano trémula,
de la sonrïente niña
del triste sepulcro cerca,
para que lejos del mundo
su sueño postrero duerman
mis recuerdos de cariño
y mis memorias más tiernas.
Bajadlos desde mi älma
http://www.los-poetas.com/b/silva2.htm#JUNTOS
LOS DOS
Dos poemas, Cortesía de Ciro Mendía
LAS DOS
AVENIDAS
.
Por la avenida del olvido, lento
iba mi corazón convaleciente,
iba medio feliz, medio sonriente,
casi sin un dolor, casi contento.
.
Ya no tenía nubes en la frente
y estaba más sumiso el
pensamiento,
y en ese fino y cálido momento
nada oscuro guardaba ya en la
mente.
.
Yo miraba las aves y las hojas,
la tarde ardía de pinturas rojas,
cuando te ví de nuevo y no me
viste.
.
Yo dejé del olvido la avenida
y tomé del amor, la conocida,
y por la del olvido tú seguiste.
.
SOLEDADES
.
Pesa el ambiente
y un doliente peso
hace
llorar la página del día;
se me
rompen la voz y la alegría
en esta
soledad de carne y hueso.
.
Se me
clava la ausencia de tu beso
y hace
sangre mi luz. Yo te diría
que ya mi
corazón perdió la vía,
porque el
tuyo ha olvidado su regreso.
.
A esta
casa sin miel y sin objeto,
hasta la
lumbre le faltó al respeto
y el
viento y el amor la han golpeado.
.
Es una
isla conmovida, en donde
se oye de
noche, pávido, y se esconde,
el grito
de un fantasma enamorado.
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